viernes, 22 de enero de 2010

Orlando


"No es preciso que alces la voz así, Solana, yo no soy tu conciencia. No me importa lo que tú no hagas esta noche, ni lo que no haga ella. Cuando termine su cigarrillo o su copa se irá a dormir o a probarse otra vez el vestido de novia, y tú tendrás la ocasión de concederte otra noche de insomnio. No seré yo quien le discuta a nadie, y menos a tí, el derecho a labrarse su propio fracaso. Pero supongo que me entenderás si te digo que el amor me ha simplificado la vida. Lo único que me importa es pintar y tener a Santiago. Sé que se va a ir igual que vino, que muy probablemente me dejará cuando volvamos a Madrid y que voy a morirme cuando se vaya, pero ni siquiera eso me da miedo, Solana, el miedo es una trampa, como la vergüenza, y yo ahora estoy vivo y soy invulnerable".


Antonio Muñoz Molina, "Beatus Ille"

(pág. 229-230, ed. Seix Barral - Booklet, 2007)

(Cuadro: Antonio Úbeda)

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