sábado, 2 de octubre de 2010

Tarde

No saber por qué, no querer averiguarlo. Por qué la manilla de la puerta, por qué la manta de lana multicolor, la lámpara de la mesilla, por qué la intermitencia de los coches, por qué hasta el sosiego de una siesta, de repente, puede volverse un veneno tan amargo, abismal, como un cuchillo que de pronto te pide la bolsa o la vida en mitad del pasillo, un eclipse de baldosas, sofás, ventanas, pinzas para la ropa, una casa que se vuelve cueva. La tarde era un proyecto dulce, una espera líquida y pacífica, pero mis pies han caminado dos pasos de más y siento un frío nuevo y sus adjetivos, ese nuevo imposible, dulce y testarudo, como un muro neutro y total, mi cabeza rebotando contra el cemento tenaz, que apenas logra arañar, y una mano que sale de mi pecho y aprieta botones, abre escotillas, aplica torniquetes, busca válvulas, palpando las paredes, metrónomos, diapasones, en la cesta de la ropa, el grifo de la ducha, la ceniza esparcida sobre el teclado, las horas que faltan hasta el próximo alivio, la dosis de mentira, la ficción necesaria de la que viven mis pulmones. Por qué el oxígeno se vuelve áspero, como una cuenta pendiente. Allá afuera hay ruidos, acertijos, misiones, pero de pronto soy el hueco entre dos escalones, un niño que teme al bosque, la sombra inmensa de una ola muda, rompiente por necesidad. Soy ese instante eternizado antes de chocar contra el suelo, por qué, si antes sabía a qué venía a la cocina, por qué había abierto el libro, cuántos metros cuadrados tenía mi vida. No quiero quedar atrapado entre estas paredes, en este tiempo muerto de distancias, huyo por instinto, salto, trepo hasta la última esquina de la habitación, soy un animal encerrado, doy vueltas y más vueltas a un regocijo que empieza a resquebrajarse bajo mi peso, lamiendo el tuétano de un esqueleto, mi alimento, lo único que me dejaste para llevarme a la boca, esa boca que se desdibuja en píxeles y que nunca sabe qué decir salvo cuando repite las formas de una ausencia, el sabor hipócrita del cemento, la escarcha que te envuelve y nos encierra, que convierte mi mundo en una selva sin horas ni mercados ni farmacias de guardia, un caos de alfileres que me hacen correr de un lado para otro, buscando no sé qué, una tijera, sí, una tijera grande que corte este cordón umbilical, este parto con dolor no deseado, que interrumpa este carnaval de espejos en el que me han dejado seis o siete palabras y esa luz escasa pero radiante que vi encenderse y no quise temer. No encuentro el significado de los cajones, el nombre de las cosas que valían la pena, el ritmo de la costumbre, respiro para asfixiarme, me doy cuenta, te das cuenta. Qué tarde más interminable, qué noche inimaginable detrás de la esquina. La tarde me da miedo, me mira desde los balcones y apunta entre mis cejas por su mirilla. Me va a disparar un vacío tan grande, tan lleno de ese ruido que oigo ahora cuando todo se ha desconectado, cuando lo recién nacido empieza a suicidarse hasta mañana, tan cargado de mí que no lo soporto, como una gota que al deslizarse por el cristal encuentra a otra y la hace suya, la absorbe, soy una gota cada vez más gorda en este cristal tan pequeño, o es un espejo, un espejo recalcitrante, quisiera romperlo, tragármelo, fundirlo en gotas de mercurio que se dispersaran por el suelo como cucarachas cobardes. El mechero me lleva a donde no quiero ir y un simple pantalón me acusa con el dedo. Quisiera verle las costuras a esta tarde rota, saber que todo es teatro, que conservo un nombre y dos apellidos, más allá de la calle arbolada, quisiera no temer al silencio ni a las almohadas, quisiera tantas cosas que no me dais, relojes, bolígrafos, tenedores, agendas, quisiera llenar de gritos y susurros cada minuto, de flores, de mirillas, de pequeñas explosiones, quisiera perderme en laberintos y encontrar el oasis donde descansar, pero por qué, por qué, quisiera no estrellarme más contra esas dos palabras, que me han hecho suyo tan fácilmente, a los que me he entregado sin recelo, por qué, no saber por qué, no querer contestar.

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